Este blog está dedicado a una entrañable persona que ha dedicado por completo su vida al arte, me refiero al amigo y artista Don Antonio María Almazán y Meléndez.
Don Antonio nació en la turolense localidad de Odón el 28 de marzo de 1932 y actualmente reside en Zaragoza. Es poseedor de una larga y prolífica carrera en el ámbito artístico que abarca ya las casi seis décadas de infatigable entrega al arte. Es fundador de la Asociación "ADAFA" (pintores figurativos aragoneses), Cavalieri Ofiziale Académico y Académico Correspondiente por la Academia Italiana Internacional Greci Marino de Vinzaglio, Académico de Mérito por la Academia Toscana Gli Etruschi, Vada, de Livorno y por la Academia Internacional de Potzen, Nápoles, Académico Aráldico Gentilicio y Cavalieri Aráldico por la Academia italiana Il Marzocco de Florencia, Magnífico del Arte por la Academia Gli Etruschi, de Grosseto, Doctor Honoris Causa Vita (Arte y Literatura) por la International Vesuvian Academy de Marigliano, Nápoles, miembro de la norteamericana I.W.A. (International Writers Association) de Toledo, Ohio, Académico Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Zaragoza y Académico Constantiniano de la Academia de Bellas Artes, Letras y Ciencias de Palermo, Sicilia.
Don Antonio nació en la turolense localidad de Odón el 28 de marzo de 1932 y actualmente reside en Zaragoza. Es poseedor de una larga y prolífica carrera en el ámbito artístico que abarca ya las casi seis décadas de infatigable entrega al arte. Es fundador de la Asociación "ADAFA" (pintores figurativos aragoneses), Cavalieri Ofiziale Académico y Académico Correspondiente por la Academia Italiana Internacional Greci Marino de Vinzaglio, Académico de Mérito por la Academia Toscana Gli Etruschi, Vada, de Livorno y por la Academia Internacional de Potzen, Nápoles, Académico Aráldico Gentilicio y Cavalieri Aráldico por la Academia italiana Il Marzocco de Florencia, Magnífico del Arte por la Academia Gli Etruschi, de Grosseto, Doctor Honoris Causa Vita (Arte y Literatura) por la International Vesuvian Academy de Marigliano, Nápoles, miembro de la norteamericana I.W.A. (International Writers Association) de Toledo, Ohio, Académico Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Zaragoza y Académico Constantiniano de la Academia de Bellas Artes, Letras y Ciencias de Palermo, Sicilia.
Cursó estudios de dibujo y pintura entre los años 1950 y 1955 en la escuela de Artes, Estudio "Goya" y Academia "Bueno" de Zaragoza, lo hizo en la Escuela de Bellas Artes de Tetuán en 1955 y en las Academias Libres de Barcelona en el bienio 1959-60. Sus títulos de académico y caballero, sobre todo en Italia, servirían por si solos, para dar testimonio de su importante proyección pictórica, iniciada en 1951, en el IX Salón de Artistas Aragoneses en el Palacio de la Lonja zaragozano, si bien su primera exposición individual tuvo lugar tres años después en el Centro Mercantil de Zaragoza, donde a partir de entonces tuvo ya su cita anual. En el año 1972 inició su carrera artística pictórica en la galería "Luis de Ajuria", cuyo periplo tuvo una existencia y actividad de veinte años, presentando su obra en diversas capitales de la geografía española como: Vitoria, Cuenca, Logroño, Huesca, Zaragoza, Bilbao, Valladolid, Guadalajara, San Sebastián, Valencia, Lérida, Barbastro, Madrid, Pamplona, etc. Nunca olvidó su tierra natal, a la que fue ofreciendo siempre lo mejor de sí mismo. Con el tiempo se especializó en el retrato.
En 1987 creó la Asociación de Artistas Figurativos Aragoneses (ADAFA) en defensa y protección del espíritu de la figuración. Antonio María Almazán es un caso singular en nuestro devenir pictórico, estos cincuenta y ocho años de entrega incondicional al arte le han llevado a desentrañar los secretos del paisaje y la psicología humana de sus contemporáneos como retratista. Su presencia en veintitrés museos y sus treinta y cuatro premios, galardones y distinciones constituyen el mejor aval de tan fiel entrega al arte.
Fuentes: Estudio del dossier y extractos de un artículo escrito por Alfonso Zapater y publicado en El Heraldo de Aragón el 26/07/03.
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